Fotografía - Poesía
La composición y descomposición de relaciones marchitas
Ailin Blasco y Cristina Mancero
Número revista:
6
Para esta nueva galería de Elipsis aplicamos nuestro formato de cita a ciegas. Invitamos por separado a la fotógrafa Ailin Blasco (ailinblasco.com) y a la poeta Cristina Mancero para que sus obras dialoguen. Más precisamente, compartimos con Cristina la serie fotográfica de bodegones o Still Life, de Ailin, que en realidad son más naturalezas muertas, retratadas desde el deseo de sostenibilidad, y la reflexión sobre el desperdicio y el consumismo.
Cristina las recibió sin ninguna información o instrucción e inspirada en las imágenes creo la serie poética “Mamá carga una enfermedad mental”. La combinación de ambas es una potente mirada a la extraña belleza de algo que está en estado de putrefacción, es un llamado de atención sobre la vida que palpita, pero cuyas emociones están en realidad en pausa, en una continua ausencia de sí.
La poesía de Cristina es una poderosa lectura a la relación marchita, a lo diminuto del origen y la descomposición latente de las naturalezas muertas. Es un abrir la puerta y mirar de frente a la enfermedad. Las imágenes de Ailin recuerdan la armonía y belleza de la composición de un bodegón barroco, sin embargo, al igual que en la poesía, mira también en la enfermedad, en lo descartable, en aquello que no alcanzó su objetivo vital y es desechado sin contemplación.
Composición y descomposición, en una misma imagen.
Composición y descomposición en los versos.
Ailin encuentra belleza en una naranja reseca, encuentra belleza en un rábano aún latente, en lo reseco de una cebolla que, a pesar de estar muerta, vuelve a brotar. Cristina añade una simbiosis entre lo podrido y lo marchito, en una relación que guarda secretos, que duele pero que aún anhela algo de verdad, algo de vida.
¡Disfruten de esta danza entre verduras, frutas y versos!
Texto de Paulina Simon Torres
Mamá carga una enfermedad mental
Te hablo a veces
Es instintivo
Esa mirada perdida, hecha flan, agua,
cable pelado
No puedo no hablarte porque soy
hija
Tú, como madre, no
escuchas
Flan, mediecitas de flores, lenguaje
en extravío
Afuera sí brilla todo
aquello que acá se nos pudre
Busco un único gesto
Saber que pronto acaba
tu desdoblamiento
Y que tus manos volverán a tomar decisiones
Tronar los dedos, hacer magia
Que la gravedad pare
Que la sonrisa sea
Que los ojos se dejen
de arder
Ordenemos el dolor
Peinemos su cola
Mis manos debieron entrar
en las tuyas
Como animalitos lactantes
Tu parpadeo seguramente
sería una sábana
de ternura
De eso yo no me acuerdo
Lo salvaje de tus nubes -subes
y bajas-
es lo que resiste
en la memoria
Me llega
como temblor
Quererte cuando yo era una pepita y cabía
en tus manos
en posición fetal
No duermes
Tus ojos acarician el orificio de las noches
Tu cerebro estará afligido
Las ideas te pesarán como trampolines metálicos
o formarán un rebaño aturdido
La garganta sangrará al no poder expectorar las cuchillas de afeitar que tu química neurológica transcribe
Tu enfermedad es el féretro de la maternidad
Hay que negar
Negar con abundante agua
Ocultar la enfermedad de la mente
¿Mamá? Está de viaje
¿Mamá? Ocupada
¿Mamá? Una gripe, está en cama
Hay que negar
Negar con abundante agua
No hay peor vergüenza
Que lo indomable de una persona
con su universo partido
en dos
¿Y si me enseñas que el dolor es transitorio?
Supón una oscuridad contenta
Nadie puede encender una fogata como lo hace tu aleteo verbal
Mi nombre es cenizas en tu boca
Me enseñaste a sacudir las sábanas al tender la cama para no acostarme sobre los residuos del sueño
Yo llevo las cenizas en la espalda
como manta
y esta barre todo lo que piso
Tan ausente
Tan de frente
Tan de pie
Aunque el alma se enrolle mientras dura la inflamación
No descansas
Tu fuerza puede con rinocerontes y puentes
No duermes y deliras
Las capas se te salen de las órbitas
¿Cómo será tu dolor
si es que lo tienes?
De lejos podía yo siempre adivinar tu estado
El mío -mi estado de dolor y miedo- se esconde
entre las pausas de la vida
Yo salí de mi clóset
y hubo esperanza
¿Podrás tú
salir del tuyo?
Abre la puerta con muchísimo cuidado
y hazme un gesto
Con tu mano espigadora
Con tus ojos de viñedo y grita
lo que yo no puedo